Ahora
que ha pasado el temporal y los ánimos están más calmados, hablemos un
poco de nuestro querido Urumea, rio por el que muchos domingos en nuestras
salidas en bici, disfrutamos paseado por
sus horillas. Otras veces, sin tener nuestro rio ninguna culpa, nos hace enfadar
cuando inunda nuestras calles y casas
que hemos construido en sus horillas; horillas que tiene reservadas para
expandirse, cuando su caudal no soporta el exceso de agua que nos manda nuestro
lluvioso clima.
Jode, parece un cuento, que inspirado estoy.
Hablemos en serio, sabéis que no me
caso con nadie y cuando algo no me gusta, porque creo que se han hecho las
cosas mal, sea de mi equipo, o no, lo digo.
Ante el cabreo de los vecinos del
barrio, por el desastre de organización y de información, en las inundaciones
del 2011, el nuevo alcalde, Juan Carlos Izagirre, en su recién empezada
legislatura, se comprometió a mejorar el plan de emergencia, y pondría en
marcha el encauzamiento del Urumea, compromisos que ha cumplido. Al César lo
que es del César.
No quiero buscar culpables ni convencer a
nadie, de porque se sale el rio, son muchas las inundaciones que tenemos a
nuestras espaldas y es la primera vez, que no he tenido sensación de abandono. El plan de emergencia
ha funcionado a la perfección y el barrio ha estado acompañado en todo momento.
Agradecer a todos los que han ayudado
a pasar estas inundaciones lo mejor posible.
Antes de que empiece a llover, nos
vemos el domingo a las 08:30h en el parking de Martutene, no vengáis con
katiuskas.
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